Hermano/a:
Estás:
¿Desorientado? ¿Deprimido? ¿En oscuridad? ¿Aterrorizado?
¿Aislado? ¿Con infinidad de problemas? ¿Se te está viniendo todo
abajo?
Te
pregunto:
¿Qué
problema hay que sea más grande que el Señor Jesús?
Jesús
ya venció al diablo, a la muerte y a todos los siervos del infierno
que traen a tu vida: enfermedad, miseria, desocupación, angustia,
división familiar, odio, soledad, etc.
¿Hay
una montaña de problemas frente a ti?
Sí,
el diablo juntó todos tus problemas y conformó una enorme montaña
que puso delante de ti.
¡No
puedo! ¡No puedo! ¡No puedo! Piensas… murmuras… gritas… según
tus fuerzas al ver la montaña.
Lee
y memoriza el Salmo 139: 1 a 18, 23 y 24.
¿Dónde
estás tú?
El
salmista dice que si estuviera en el Cielo, en el seol, en el extremo
del mar, en tinieblas… Allí, en ese lugar estaría Dios, aún
allí lo guiará su Mano, lo asirá su Diestra. Para Él, son lo mismo
las tinieblas que la luz.
Pero
no sólo eso, él ora a Dios y declara:
“Tú
formaste mis entrañas, / Tú me hiciste en el vientre de mi madre…/
Mi
embrión vieron tus ojos. / Despierto y aún estoy contigo.
Pruébame
y conoce mis pensamientos.
Y
vé si hay en mí camino de perversión.
Y
guíame en el Camino Eterno”.
Tu
existencia no es obra de la casualidad, no pasa desapercibida para
Dios.
De
dónde vienes, para qué vives, hacia dónde vas… Dios tiene las
Respuestas.
¿Anhelas
que Dios te guíe con su Mano, te tome con su Diestra y te conduzca
por el Camino Eterno?
Medita
en el camino en que andas y cómo andas.
Ora,
arrepiéntete, pide perdón delante de la Presencia de Dios en el
Nombre de Jesús.
Dios
dice en Isaías 30: 22:
“Entonces
profanarás la cubierta de tus esculturas de plata y la vestidura de
tus imágenes fundidas de oro, las apartarás como trapo asqueroso.
¡Sal
fuera!, les dirás”.
¿Qué
hay en tu vida, que igual que un ídolo de oro, te aparta de Dios?
Es
más, ha ocupado el lugar que le pertenece a Dios.
Permite
que Dios, a través de su Espíritu Santo, te ilumine, te libere, te
limpie, te sane, te restaure.
Renuncia
a todo lo que te separa del Señor Jesús. Él debe ocupar el primer
lugar en tu vida.
Si
no mantienes la comunión íntima con Él, la montaña delante de ti,
crecerá, crecerá, crecerá… ¡y te destruirá!
¡Derriba
tus ídolos! Diles: ¡Salgan fuera!
Si
le obedeces a Dios, tiene más Promesas Preciosas para ti:
“Entonces
tus oídos oirán a tus espaldas Palabra que diga:
Éste
es el Camino, anda por Él y no eches a la mano derecha ni tampoco
tuerzas a la izquierda”. Isaías 30: 21.
¿Cuál
es ese único Camino?
¡Jesucristo
es el único Camino de Vida Eterna!
Por
eso, Dios manda no tomar el camino de la derecha ni el de la
izquierda.
Jesús
ya venció a la montaña que está delante de ti. Por medio de Él
eres Hijo de Dios. Confía en sus Promesas:
“Me
guiará tu Mano. Me asirá tu Diestra.”
No
sólo eso, si vas por el Camino que es Jesucristo, te ocurrirá esto:
“Detrás
y delante me rodeaste, y sobre mí pusiste tu Mano”. Salmo 139:5.”
“El
Eterno Dios es tu Refugio y acá abajo los Brazos Eternos”.
Deuteronomio 33: 25.
* * * * *
“No
temas, porque Yo estoy contigo, no desmayes, porque Yo Soy tu Dios
que te esfuerzo, siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la
Diestra de mi Justicia”. Isaías 41: 10-13.
“Porque
Yo Soy Jehová tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha y te
dice:
No
temas, Yo te ayudo”.
Y
ahora, ¿qué debes hacer?
Lo
que dice Isaías 41: 6:
(Elena Sanfilippo Ceraso
sábado 28/11/2015)
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