sábado, 28 de noviembre de 2015

Me guiará tu Mano… Me asirá tu Diestra.

Hermano/a:
Estás: ¿Desorientado? ¿Deprimido? ¿En oscuridad? ¿Aterrorizado? ¿Aislado? ¿Con infinidad de problemas? ¿Se te está viniendo todo abajo?

Te pregunto:
¿Qué problema hay que sea más grande que el Señor Jesús?
Jesús ya venció al diablo, a la muerte y a todos los siervos del infierno que traen a tu vida: enfermedad, miseria, desocupación, angustia, división familiar, odio, soledad, etc.

¿Hay una montaña de problemas frente a ti?
Sí, el diablo juntó todos tus problemas y conformó una enorme montaña que puso delante de ti.
¡No puedo! ¡No puedo! ¡No puedo! Piensas… murmuras… gritas… según tus fuerzas al ver la montaña.
Lee y memoriza el Salmo 139: 1 a 18, 23 y 24.

¿Dónde estás tú?
El salmista dice que si estuviera en el Cielo, en el seol, en el extremo del mar, en tinieblas… Allí, en ese lugar estaría Dios, aún allí lo guiará su Mano, lo asirá su Diestra. Para Él, son lo mismo las tinieblas que la luz.
Pero no sólo eso, él ora a Dios y declara:
“Tú formaste mis entrañas, / Tú me hiciste en el vientre de mi madre…/
Mi embrión vieron tus ojos. / Despierto y aún estoy contigo.
Pruébame y conoce mis pensamientos.
Y vé si hay en mí camino de perversión.
Y guíame en el Camino Eterno”.
Tu existencia no es obra de la casualidad, no pasa desapercibida para Dios.
De dónde vienes, para qué vives, hacia dónde vas… Dios tiene las Respuestas.

¿Anhelas que Dios te guíe con su Mano, te tome con su Diestra y te conduzca por el Camino Eterno?
Medita en el camino en que andas y cómo andas.
Ora, arrepiéntete, pide perdón delante de la Presencia de Dios en el Nombre de Jesús.
Dios dice en Isaías 30: 22:
“Entonces profanarás la cubierta de tus esculturas de plata y la vestidura de tus imágenes fundidas de oro, las apartarás como trapo asqueroso.
¡Sal fuera!, les dirás”.

¿Qué hay en tu vida, que igual que un ídolo de oro, te aparta de Dios?
Es más, ha ocupado el lugar que le pertenece a Dios.
Permite que Dios, a través de su Espíritu Santo, te ilumine, te libere, te limpie, te sane, te restaure.
Renuncia a todo lo que te separa del Señor Jesús. Él debe ocupar el primer lugar en tu vida.
Si no mantienes la comunión íntima con Él, la montaña delante de ti, crecerá, crecerá, crecerá… ¡y te destruirá!
¡Derriba tus ídolos! Diles: ¡Salgan fuera!
Si le obedeces a Dios, tiene más Promesas Preciosas para ti:
“Entonces tus oídos oirán a tus espaldas Palabra que diga:
Éste es el Camino, anda por Él y no eches a la mano derecha ni tampoco tuerzas a la izquierda”. Isaías 30: 21.


¿Cuál es ese único Camino?
¡Jesucristo es el único Camino de Vida Eterna!
Por eso, Dios manda no tomar el camino de la derecha ni el de la izquierda.
Jesús ya venció a la montaña que está delante de ti. Por medio de Él eres Hijo de Dios. Confía en sus Promesas:
“Me guiará tu Mano. Me asirá tu Diestra.”
No sólo eso, si vas por el Camino que es Jesucristo, te ocurrirá esto:
“Detrás y delante me rodeaste, y sobre mí pusiste tu Mano”. Salmo 139:5.”
“El Eterno Dios es tu Refugio y acá abajo los Brazos Eternos”. Deuteronomio 33: 25.

*     *     *     *     *

“No temas, porque Yo estoy contigo, no desmayes, porque Yo Soy tu Dios que te esfuerzo, siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la Diestra de mi Justicia”. Isaías 41: 10-13.
“Porque Yo Soy Jehová tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha y te dice:
No temas, Yo te ayudo”.

Y ahora, ¿qué debes hacer?

Lo que dice Isaías 41: 6:
“Cada cual ayudó a su vecino y a su hermano dijo: Esfuérzate”.





(Elena Sanfilippo Ceraso
    sábado 28/11/2015)

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