sábado, 7 de noviembre de 2015

¿Por qué me persigues?


Jesús continúa realizando HOY la misma pregunta que le hizo a Saulo cuando lo interceptó camino a Damasco adonde se dirigía para apresar cristianos. Saulo asolaba la Iglesia, esto es, la destruía, la arrasaba y entrando casa por casa arrastraba a las mujeres y hombres y los entregaba a la cárcel. Jesús le preguntó:
-Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? (Hechos 8:3).
Mucho tiempo atrás, cuando Jesús fue arrestado, mientras era interrogado por el sacerdote Anás, el alguacil le dio una bofetada. 


Entonces, él le dijo:
-Si he hablado mal testifica en qué está mal, y si bien, ¿por qué me golpeas? (Juan 18:23).
HOY Jesús repite estas mismas preguntas ante el martirio y persecución de sus “Hermanos Pequeños” en todo el mundo. Y aún más, Jesús dijo que lo que le hacen a uno de estos Pequeños a Él se lo hacen. ¿Lo crees? Sí, el que toca a un cristiano toca al Señor Jesús, pues Él mora en el corazón de cada cristiano. “No ya yo mas Cristo vive en mí”, dijo Pablo.
Si te has arrepentido de tus pecados y recibiste al Señor Jesús en tu corazón como Salvador Personal y Señor de tu vida y has declarado públicamente que Jesús murió por ti en la cruz del Calvario y Resucitó, ¡has nacido de nuevo y eres miembro de la Iglesia de Dios!
¿Qué dice la Biblia acerca de la Iglesia de Dios?
En Colosenses 1:17-19 dice: “…y Él (Jesús) es ANTES de todas las cosas y todas las cosas en él subsisten. Y Él es la Cabeza del Cuerpo que es la Iglesia”.
En 1° Corintios 12, leemos: “Porque por un SOLO ESPÍRITU fuimos todos bautizados en UN SOLO CUERPO, sean judíos o griegos, esclavos o libres, y a TODOS se nos dio a beber de UN MISMO ESPÍRITU”.
Este Cuerpo que es la Iglesia, tiene muchos miembros, de manera que si un miembro padece o recibe honra todos se duelen o se gozan con él.


Y DE ESTO… NO SE HABLA.
Efesios 1:22-23 dice que Jesús sometió TODAS las cosas bajo sus pies y lo dio por CABEZA SOBRE TODAS LAS COSAS A LA IGLESIA, la cual es SU CUERPO.
Sí hermano, la Iglesia de Dios está SOBRE TODO principado, autoridad, poder y señorío y SOBRE TODO NOMBRE que se nombre no sólo en este siglo sino en el venidero. (Efesios 3:27).
“Cristo es la Cabeza de la Iglesia, la cual es su Cuerpo y Él es su Salvador. Cristo amó a la Iglesia y se entregó a Sí Mismo por ella para santificarla, a fin de presentársela a sí mismo una Iglesia gloriosa, santa, sin mancha ni arruga…” (Efesios 5:23-27).
¿Y DE QUÉ NO SE HABLA?
Los cristianos no saben, o no creen o no predican esta Verdad, de que forman parte de una Iglesia que Dios le dio PODER y AUTORIDAD poniéndola SOBRE TODO, trascendiendo los límites terrenales.
¿Has leído Efesios 1:3, 2:6 y 3:10? Ahora mismo, toma tu Biblia y léelos.
Pablo Bendice a Dios porque nos BENDIJO CON TODA BENDICIÓN ESPIRITUAL EN LOS LUGARES CELESTIALES.
Y nos recuerda que por Gracia somos Salvos y que juntamente con Él nos Resucitó y así mismo nos HIZO SENTAR EN LOS LUGARES CELESTIALES CON CRISTO JESÚS.


¿Y cuál es el Ministerio de la Iglesia?
Debe DAR A CONOCER la multiforme Sabiduría de Dios a los principados y potestades en los LUGARES CELESTIALES.
¿Y quiénes componen la Iglesia?
Los Nacidos de Nuevo. “Os es necesario nacer de nuevo”, dijo el Señor Jesús.
Y ahora, ¿puedes entender porqué Pablo manda en Efesios 6:10-20, que debemos vestirnos con la armadura de Dios? Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados…… ¡en las regiones celestes!
La Iglesia subsiste solamente por Jesús, ella es su Cuerpo y Él es su Cabeza. No depende de ningún poder político – religioso mundial, por más alto que esté, pues la Iglesia está más alto aún, ¡en los lugares celestes!
Si eres Hijo de Dios es porque “has nacido de nuevo”. Pablo manda en Colosenses 3, que los cristianos se “revistan del nuevo hombre” y se vistan como “escogidos de Dios, santos y amados, con misericordia, benignidad, humildad, mansedumbre, paciencia. Pero sobre todas estas cosas, que se VISTAN de AMOR que es el Vínculo Perfecto y que la Paz de Dios GOBIERNE sus corazones, a la que fueron llamados en UN SOLO CUERPO. ¡Y que sean agradecidos!


UN SOLO CUERPO habla de UNIDAD, AMOR y PAZ. Pero, ¡cuidado!, se refiere únicamente a los NACIDOS DE NUEVO, a sus discípulos. ¿Recuerdas cómo oró Jesús por sus discípulos y por los que iban a creer en Él por medio de ellos? (Juan 17:21-23):
-“Para que todos sean Uno, como Tú, oh Padre, en Mí y Yo en Ti, que también ellos sean Uno en Nosotros.
¿Para qué Jesús oró por la Unidad de sus Discípulos?
-“Para que el mundo CREA que TÚ me enviaste”.
¿Qué distingue a la Iglesia como Cuerpo de Cristo?
Que los miembros deben: “…ser solícitos en guardar la Unidad del Espíritu, en el vínculo de la Paz, Un Cuerpo y Un Espíritu, como fueron llamados en Una misma Esperanza, Un Señor, Una Fe, Un Bautismo, Un Dios y Padre de todos…” (Efesios 4).

*     *     *     *     *

Acordaos de los presos como si estuvierais presos JUNTAMENTE con ellos y de los maltratados como que también vosotros mismos estáis en el cuerpo”. Hebreos 13:3.
Dios puso a la Iglesia por Cabeza sobre todas las cosas… y le entregó Poder y Autoridad que trasciende los límites terrenales, es decir en los lugares celestiales. No debe someterse a ningún poder político – religioso en la tierra, ya que a su vez ese poder está gobernado por el diablo, el príncipe de este mundo, el mismo que le dijo a Jesús: “Todo esto te daré si postrado me adorares”, es decir, le prometió todo la potestad y la gloria.
Y Jesús le contestó:
-“Vete de mí, satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás y a Él solo servirás”. (Lucas 4).
Hoy la Iglesia debe dar la misma respuesta que su Señor al diablo:
-“Vete de mí satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás y a Él solo servirás”.
HERMANO/A: Si eres Nacido de Nuevo, estás sentado en lugares celestiales y se te ha dado Poder y Autoridad de parte de Dios. Eres un miembro de la Iglesia, Cuerpo de Cristo, por lo tanto si un miembro padece o recibe honra, tú debes sufrir o gozarte con él, y no sólo tú, ¡todos los miembros que componen la Iglesia de Dios!
¿Por qué?
Porque el Espíritu Santo mora en TODOS los “Nacidos de Nuevo” y gime, clama, intercede por los oprimidos, perseguidos… ante el Padre Celestial.
¿Cuando los miembros se reúnen se edifican mutuamente? ¿Se alimentan del Pan de Vida y del Agua Viva que es Jesús? La Biblia, su Palabra Viva y Eficaz, ¿ocupa el centro de sus vidas? El Espíritu Santo, ¿actúa en libertad en la Iglesia y en cada creyente? El mundo, ¿cree que Jesús es Enviado de Dios al ver que sus Discípulos están Unidos? La Iglesia, ¿se mueve en la Potencia de Dios y su Luz se expande más allá de los límites terrenales?
La Iglesia, al igual que Jesús, al ver el martirio de los Suyos, llora y eleva su voz ¡tomando ese martirio como propio!, preguntando:
¡¿POR QUÉ ME PERSIGUES?!


¿Por qué no lo hace? Creo que es un tema de FE. La mayor parte de los miembros del Cuerpo de Cristo no cree que está en los lugares celestiales y no ejercen el Poder y la Autoridad que le fueron delegados por Dios.
Dios está esperando que cada miembro por separado y en conjunto en la Iglesia, se postre delante de Él y se humille, confiese su pecado de incredulidad y le encomiende a Él esta tremenda, atroz guerra que se ha desatado contra cada creyente y contra el Pueblo de la Cruz, es decir:
¡Contra Jesús: el Crucificado y el Resucitado!


La Iglesia no puede ni debe permanecer sometida, vencida, débil, derrotada… ¡NO debe permanecer CALLADA!
Si la Iglesia ejerce Fe en Jesús y permite que Él, como su Cabeza tome control de esta situación, “¡el mundo va a creer que Dios envió a Jesucristo!”
La Iglesia ha perdido de vista su dimensión sobrenatural porque no anda por Fe, sino por vista, se limita sólo a lo terrenal, hasta donde alcanzan sus ojos. ¡Abandonó los lugares celestiales!, por los lugares terrenales que “parecen ser más atractivos a la vista”. El poder y la gloria de este mundo le son irresistibles.
Pero la Iglesia está conformada por miembros. ¿Qué ocurre contigo?
Hermano, al ver a nuestros Hermanos sacrificados como corderos, recordemos que Jesús, el León YA VENCIÓ y gritemos ¡BASTA, en el Nombre de Jesús!, haciendo uso de todo el Poder y la Autoridad que Jesús nos dio.
Igual que David, HUMILLÉMONOS delante de Dios, ¡no le temamos a Goliat!
Responde sinceramente:

¿EL MUNDO ESCUCHA LOS LATIDOS DEL CORAZÓN DE JESÚS,
A TRAVÉS DE LA IGLESIA,
PUES ÉSTA PERMANECE UNIDA A ÉL?
Dios te Bendiga.









(Elena Sanfilippo Ceraso
         19/10/2015)

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